Un centenar de personas participa en la primera peregrinación nocturna a San Pedro de la Nave
La experiencia ha sido tan satisfactoria que el centenar de personas que participó en la noche del viernes 17 al sábado 18 de junio en la peregrinación nocturna a San Pedro de la Nave ya está pensando en repetir el próximo año. La iniciativa partió de la delegación para la Religiosidad Popular y el secretariado para la Adolescencia y la Juventud del Obispado de Zamora y congregó a creyentes de todas las edades, quienes recorrieron con ánimo los 25 kilómetros que separan la capital de la iglesia de San Pedro de la Nave.
B. BLANCO GARCÍA (La Opinión-El Correo de Zamora, 19/06/11).
Quedaron el viernes por la noche y no era para salir de fiesta. O quizá sí, según se mire. Una fiesta muy especial, marcada por la fe y la fuerza que les hizo completar con éxito los 25 kilómetros que distan entre Zamora capital y la pequeña iglesia visigótica de San Pedro de la Nave.
Eran las once de la noche cuando el centenar de peregrinos recibía la bendición del sacerdote de Santiago del Burgo, Narciso Jesús Lorenzo. A las puertas se habían congregado los participantes, de todas las edades, para comenzar esa pequeña aventura nocturna. El más joven con 13 años, el mayor de los peregrinos con 74, pero todos con el ánimo de completar las más de ocho horas de camino en buena compañía.
La mayoría de ellos ya tenía experiencia en este tipo de actividades, organizada en esta ocasión por la delegación para la Religiosidad Popular y el secretariado para la Adolescencia y la Juventud, ya que han participado en otra iniciativa similar, la de Peregrinos por un Día. No solo formaba el grupo personas de Zamora capital, sino también jóvenes de localidades como Aliste, Muelas del Pan, Villaseco del Pan, La Hiniesta o Valdeperdices.
Los de estos dos últimos pueblos aprovecharon el paso de la marcha para unirse a la peregrinación. Tras salir de Zamora, el recorrido pasó por Valderrey, La Hiniesta, Valdeperdices, donde, cerca de las cinco de la mañana, se hizo una parada para reponer fuerzas con un bocadillo y un reconfortante plato de sopas de ajo, Almendra y San Pedro de la Nave, estación final del recorrido.
El pequeño templo albergó, pasadas ya las siete de la mañana, a este singular grupo para celebrar, con las primeras luces del alba, una eucaristía conjunta a la que siguió un suculento desayuno de chocolate y bizcochos.
Tras esta experiencia tan positiva, «la idea es convertir esta peregrinación en una cita anual, porque los participantes han terminado muy satisfechos», señaló el portavoz del Obispado de Zamora, Luis Santamaría.
Esta peregrinación también sirve, por otra parte, como preparación para la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebra en Madrid este próximo agosto y que días antes hará que un nutrido grupo de jóvenes participantes de distintos puntos del mundo se reúnan en Zamora para planificar lo que será uno de los actos más importantes de la juventud cristiana.
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