El equipo del Plan Románico Atlántico ha concluido ya la restauración
de la cubierta de San Pedro de la Nave, con la colocación de un nuevo sistema
de ventilación, que evita la condensación de humedad en el interior del templo.
Actualmente se trabaja en el drenaje perimetral del edificio y, muy pronto,
comenzarán los trabajos de sustitución de carpinterías e instalación de
iluminación, mientras, poco a poco, se va completando el diseño del centro de
recepción de visitantes.
El Plan Románico Atlántico es un
proyecto de colaboración transfronteriza para la conservación del patrimonio en
el que intervienen Junta de Castilla y León, Fundación Iberdrola, Secretaría de
Estado de Cultura de Portugal y Fundación Santa María la Real, además de las
Diócesis de Zamora, Astorga, Salamanca y Ciudad Rodrigo.
Evitar la condensación de humedad
en el interior del templo. Éste es, sin duda, el principal objetivo del sistema
de ventilación instalado en la recién restaurada cubierta de la iglesia de San
Pedro de la Nave, en la localidad zamorana de El Campillo. “El sistema permite la toma de aire desde el alero y, debido a la
diferencia de presión, sale por la parte superior, generando una corriente continua de aire, que posibilita la correcta
ventilación y, en consecuencia, mejora la
conservación estructural de la cubierta y del edificio”, explica el
arquitecto, Jesús Castillo,
responsable de la intervención.
La actuación en la cubierta de
San Pedro de la Nave, se enmarca en el Plan Románico Atlántico, un proyecto de
colaboración transfronteriza, promovido por la Junta de Castilla y León y
Fundación Iberdrola, en el que también participan la Secretaría de Estado de
Portugal, la Fundación Santa María la Real y las Diócesis de Zamora, Astorga,
Salamanca y Ciudad Rodrigo.
Sistema de iluminación eficiente
Concluidas las obras en la
cubierta, el equipo continuará con el drenaje perimetral del edificio, para
corregir el problema de humedad proveniente del subsuelo. Paralelamente,
comenzarán en el interior del edificio los trabajos de sustitución de
carpinterías y, por primera vez, se dotará al templo de un sistema de
iluminación acorde con la historia del monumento. En este sentido, el sistema
de iluminación permitirá adecuar la intensidad y potencia de la luz al uso que
tenga en cada momento el edificio y, además, guiará la mirada del visitante
hacia los elementos escultóricos o arquitectónicos más destacados de este
templo del siglo VII, facilitando así su mejor comprensión. Todo ello
procurando un impacto visual mínimo, puesto que toda la instalación quedará
oculta, y tratando de lograr la máxima eficiencia energética.
Centro de recepción de visitantes
En el exterior de San Pedro de la
Nave, se va completando el centro de recepción de visitantes, en los próximos
días, la imagen de este espacio cambiará considerablemente, que uno de los
principales objetivos de la actuación era la construcción de este centro
soterrado, que no compite ni en imagen ni en volumen con la iglesia y que
servirá puesto que ya está todo preparado para sembrar el área que actuará, por
un lado, de cubierta vegetal del centro y, por otro, de zona ajardinada.
No hay que olvidar para ordenar los
accesos y para facilitar un área expositiva, donde exponer parte de las piezas
que actualmente alberga el templo.
Además, edificio ha sido
monitorizado, a través del MHS (Sistema de Monitorización del Patrimonio),
desarrollado por la Fundación Santa María la Real, que, en este caso concreto,
ha servido para controlar los parámetros ambientales, mediante la instalación,
entre otros, de higrómetros y luxómetros, que han ido registrando las
condiciones de humedad e iluminación del edificio, los datos arrojados han
servido no solo para redactar el proyecto de intervención, sino también para
garantizar la adecuada conservación y mantenimiento del edificio.
No hay que olvidar tampoco que la
intervención en la iglesia de San Pedro de la Nave está marcada por la propia
historia del edificio y por la importancia de un templo que cuenta con la declaración
de Monumento Nacional, construido entre
los siglos VII y VIII a orillas del río Esla. Su ubicación actual, en la
localidad zamorana de El Campillo, se debe a que en 1930, fue trasladado piedra
a piedra, para protegerlo y evitar que quedara anegado por la construcción del
embalse de Ricobayo. Finalmente, cabe reseñar la inmejorable disposición tanto
del ayuntamiento de San Pedro de la Nave-Almendra, como de la parroquia y los
vecinos, que desde el comienzo de la actuación, se han volcado con el proyecto.
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